Caminando por la nieve

17 de enero
Décimo día en el Camino
Villafranca Montes de Oca-Villafria.   32,6 kmts.

Caminando por la nieve

En una puntuación de 1 a 10 de las dificultades del Camino, la salida de Villafranca habría que puntuarla, al menos, con un 8. Apenas hemos andado 100 m y sin haber tenido tiempo de calentar, nos enfrentamos a un autentico muro. Primero por una calle asfaltada, después por un carril en el que la pendiente es aun mayor. Según vamos alejándonos de las casas del pueblo, se va viendo cada vez más nieve. Para cuando llegamos al descansadero de la fuente de Mojapan, la senda está ya totalmente cubierta de nieve. 



Este descansadero, ubicado sobre un mirador desde el que se domina gran parte de las sierras de San Millán y la Demanda, marca el inicio de una subida de pendientes más suaves. La pista por la que caminamos, se adentra en un bosque muy tupido poblado de robles y brezos a los que se han añadido abetos y otras coníferas. Tras superar una loma, aparece ante los ojos del caminante un monumento, un lugar de memoria que las familias de los más de trescientos republicanos asesinados en La Pedraja, al inicio de la Guerra Civil, han levantado en su memoria. Hacemos un alto para rendir nuestro pequeño homenaje a estas víctimas y, justo en ese momento, me llama por teléfono mi hija a la que leo las sentidas frases de las familias y los poemas de Miguel Hernández que, grabados en sendas placas, dan vida a este lugar.  Yo por mi parte, recuerdo las palabras de Carlos Castilla del Pino "...mientras vivan en nuestro recuerdo, no habrán muerto del todo". Descansen en paz.



La nieve que en algunos sitios ha dejado paso al hielo, dificulta nuestro andar, no obstante estamos disfrutando sobremanera de este soleado día.



Un pequeño cauce de agua, cruza el camino formando una acusada vaguada. La nieve aquí se ha acumulado y el tobogán de bajada-subida se me hace difícil. Las botas casi se cubren por completo y solo la ayuda de los dos bastones, me ayudan a avanzar.

En algunos tramos, las huellas sobre la nieve, dejan constancia de que no andamos solos por el bosque, y no me refiero a las que otros caminantes que nos preceden, van dejando. Antonio, más versado que yo en esto de distinguir corzos de gamos y ciervos, me va ilustrando sobre los distintos rastros.



Llevamos ya más de tres horas en el Camino, cuando llega a mis oídos el alegre repicar de una campana. Los cristianos son llamados al Angelus y a nosotros nos anuncia que estamos cerca de San Juan de Ortega y que ¡Por fin!, podremos descansar un rato esta mañana.

Han sido casi cuatro horas caminando sobre la nieve bajo un espléndido sol. He de confesar que, cuando le propuse a Antonio que hiciéramos esta parte del Camino en esta época de año, tenía una cierta ilusión porque viéramos nieve. En este sentido, el día de ayer con la intensa nevada y el de hoy, brindandonos la oportunidad de cruzar este bosque de la sierra de la Demanda, bajo este manto blanco, ha sido más de lo que esperaba. Aunque ahora ya, cansado de veras, quiero volver a caminar sobre tierra firme.



El monasterio de San Juan de Ortega ofrece al caminante un oasis de merecido descanso. Después de estar un rato sentados, admiramos el soberbio ábside románico y el primoroso baldaquino gótico y nos disponemos a continuar nuestra marcha. La cómoda pista que adentrandose en el bosque, nos lleva a Ages, la recorremos a buen paso. En la misma entrada de Ages, está situado el albergue San Rafael, un establecimiento, albergue y restaurante, regentado por Ana María, una andaluza con la que mantenemos una agradable conversación y que trata al caminante, con verdadero cariño.

Reemprendemos la marcha hacia Atapuerca para encontrarnos con nuestro pasado. Y más allá, la temible subida que nos llevará a superar el alto desde el que, en días claros se pueden ver las torres de la catedral de Burgos. La subida es difícil, muy dura para el caminante y prácticamente impracticable para los ciclistas. Al llegar a la cima, se ofrece al caminante un merecido premio con las vistas sobre el valle de Riopico.



La caminata hasta Villafria, resulta dura. Villafria, a las puerta de Burgos, será nuestro final para esta memorable jornada en el Camino y final también para este primer tramo que iniciamos en Roncesvalles y que, si todo va bien, nos llevará a Santiago en primavera. Mañana subiremos a un tren en el que viajaremos de vuelta a Andalucía.

Gracias, muchas gracias, a los que me habéis seguido en estos días, si queréis pronto nos volveremos a encontrar.