El Camino hasta el Ebro

13 de enero
Sexto día en el Camino
Torres del Río-Logroño: 21,3km

El camino hasta el Ebro

Hace dos días dejamos el Arga, el gran río de Navarra. Hoy caminamos hacia el Ebro, el gran río de España.
La mañana es fría, como corresponde a estas tierras navarras en esta época de año, pero a diferencia de ayer, la niebla ha desaparecido por completo.

Salimos de Torres del Río por una cómoda pista que marca una suave pendiente hacia arriba. Nos encontramos en un espacio abierto que permite disfrutar del paisaje. 



Hasta donde alcanza la vista, sin fenómeno meteorológico que lo impida, podemos contemplar lomas y valles poblados de viñedos, tierras de pastos y algún pequeño bosque. Al poco aparece la primera dificultad,  un profundo barranco que se salva caminando por un andadero recientemente construido. El doble esfuerzo de bajar y subir, termina por hacernos entrar en calor.


Entre viñedos y con continuos sube y bajas, un terreno rompe piernas que decimos los ciclistas, llegamos hasta la ermita de la Virgen del Poyo, para desde allí, dirigir nuestros pasos hacia la zona, que para nosotros, ha resultado más bonita de la jornada. 

 


La Hoya de Cornava, profunda erosión originada por el agua, sería sin duda otra de las Postales del Camino.
La acusada pendiente con que se afronta la bajada, hace que nuevamente me alegre de haber traído un par de bastones, mis rodillas lo agradecen. Tal como vamos acercandandonos al fondo del barranco, entre pinos de repoblación que reflejan la luz de la mañana con un verde que denota que son todavía árboles jóvenes, podemos observar como ingenio del hombre ha sabido aprovechar estas tierras fértiles com plantaciones de olivos, frutales y sobre todo, viñedos, sembrados, a lo que parece con tiralíneas.



Subiendo y bajando, vamos saliendo del fondo de la hoya, hasta que tras coronar una loma, comenzamos a ver la torre de la iglesia de Santa María emergiendo por encima de los tejados de las casas de Viana. Subimos sus empinadas calles y en la plaza del Coso compramos algo de fruta a una familia de gitanos extremeños que, hasta allí han llevado hoy su puesto ambulante. La calle Mayor, por la que caminamos hasta la Plaza de Los Fueros, bulle de gentío en este día de mercado. En la plaza entre la iglesia que presume de una soberbia portada renacentista y la fachada barroca del ayuntamiento, nos sentamos a reponer fuerzas y a descansar para afrontar la última parte de nuestro recorrido de hoy.


De Viana a Logroño el Camino resulta menos atractivo. Sin embargo hay que recorrerlo para, al final de la jornada, encontrarnos con el Ebro.

El puente de piedra de finales del s. XIX, construido sobre el que en el s. XI levantaran Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Ortega, brinda a los caminantes una bella entrada a la capital de la Rioja.


Un agradable paseo por las  calles del centro de Logroño, desde la Plaza del Mércado hasta el Espolón, pone punto final a este sexto día en el Camino.